Tecpan se ha caracterizado siempre en todo el estado por tener una gran riqueza gastronómica, de costumbres, cultura y una variada galería de personajes celebres que con su obra han dado la vuelta no solo en Guerrero sino en el país. También al hablar de el día de muertos, pues, Tecpan no es la excepción.
Según la tradición de décadas atrás, el festejo comenzaba meses atrás, cuando por las calles y en las casas se veía a los pequeños enderezando pedazos de alambre recocido con ladrillos, con el fin de usarlos para la hechura de flores de papel crepé pegadas con engrudo y hechas con los modelos previamente modelados por los herreros de fama en la ciudad como Don Cornelio y Enrique Ruiz, que contribuirían a adornar las tumbas de el panteón, que ya para esos días mostraba sus mejores galas, con tumbas pintadas por el sin numero de niños que por esos días hacían de este oficio todo un trabajo, para recibir a sus visitantes, quienes llevan flores de sempasuchil, bujambilia, adelfa o una singular de nombre “reunión de señoritas”, o las usadas en tiempos remotos, la flor de bocote, y después de la jornada en el campo santo para mitigar el calor nada como un refrescante vaso de agua de frutas de la región en las puertas del mismo, sin faltar la misa de ida de muertos en la iglesia principal.
El día primero es el dedicado a los santos angelitos, representados por los niños que a temprana edad perdieron sus vidas y el día 2 a los difuntos adultos; pero si bien es cierto que la tradición cambia en relación con la que se acostumbra en otras partes del estado, (en la que se montan majestuosos altares llenos de ofrendas constituidas principalmente por platillos que al difunto le gustaban mas, tradición que prevalece en Chilapa, Tixtla y otras ciudades; o las calaveritas de azúcar con el nombre del muertito y el pan de muerto de la Cd. de México), en nuestro pueblo esta costumbre se enriquece de forma gastronómica ya que en esas fechas es común saborear platillos que son tradicionales de esas fechas, la carne de cuche con nejos, chicharrón, pipían, manjar o conserva de calabaza, además hay quien asegura que los nejos si no son elaborados de la manera tradicional no tienen el mismo sabor, es decir, el maíz debe de ser lavado en las aguas del río y cocerse con ceniza, y en aquellos tiempos era llevado a moler en el molino de Don Chelo Hernandez o en el de Don Armando Limón.
En los mismos viejos tiempos en nuestro Tecpan era también común observar en las casas, las veladoras, las cuales se colocaban de acuerdo al numero de los difuntos que existían en las casas. Era también común observar por aquellos días, las largas caravanas de gente que asistía a las lunadas que se celebraban en la playa boca chica en Tetitlan.
Hoy en día la tradición ha cambiado en algunos aspectos, agregándose algunas cosas como las misas celebradas en el panteón y las largas filas de vendedoras de flores en la calle reforma; pero aun se observan a las vendedoras de nejos y a las cocineras apuntando los pedidos ya sea de pipían o de carne de cuche para esa fecha tan importante, se ven a los habitantes pintar las tumbas del panteón municipal y se espera la misa en el cementerio por parte del párroco de la ciudad el día 2. No cabe duda que Tecpan es rico tanto en costumbre y gastronomía y de nosotros depende el que esta riqueza continúe, sigámosla fomentando.